viernes, 26 de abril de 2013

Los días no vividos.


Chapó.

Hace un rato hemos terminado de ver "Los días no vividos", de Alfonso Cortés-Cavanillas (2012), y no puedo esperar para hacer su reseña.

Nos ha gustado (a mi Tron y a mí) muuuucho pero mucho mucho...

Alguien se despierta con resaca y enciende el ordenador. Hay mensajes de amigos despidiéndose. Enciende el televisor. La noticia, a nivel mundial, de que el mundo se acaba mañana.

A partir de aquí, se desgrana la historia de media docena de personas, se conocen o no. Realmente no importa, porque acaban pasando el último día de su vida juntos.

La película no nos transmite angustia, ni tristeza, ni pesar. Quizá sí nos enseñe alguna cosa que sabemos, pero que a menudo olvidamos. Si realmente acabase el mundo mañana, sólo necesitaríamos la compañía de una o dos personas, no correríamos, no sería urgente despedirnos, para qué??? mañana es el último día para todos.

La recomiendo. Los actores, de primera fila. Todos perfectos. La llegada del calor, el amanecer del último día, tanta luz... y la oscuridad final.

Besicos a todos!!!!!

miércoles, 10 de abril de 2013

Gracias...

En todas las ocasiones en que se me ha presentado un reto, un cambio o alguien me ha pedido colaboración, mi respuesta ha sido la misma: "lo que haga falta".

Cuando el asunto comienza, pasa a ser mío y sólo mío, no lo comparto ni delego, a veces ha sido imposible llevarlo a cabo, otras me ha costado muuuuucho pero mucho, y tal vez acabe pensando, quien me mandaría a mí meterme en ésto...

En los últimos meses, he pasado muchas horas entre agujas y patrones. Sabiendo muy poquito por no decir nada, si algo transmito es "ganas", pero no pensaba que tantas. No pensaba que gente experta, que me conoce de oídas, o pasa por mi vida de refilón, iba a venir a compartir tantas cosas conmigo.

Que me preparen unas clases, unos trucos, se desplacen hasta donde yo estoy, sin obtener nada a cambio. Me traigan el material y me cuenten cosas al oído. Cosas que a ellos les costó años aprender, y me enseñan en una mañana. Que quieran que haga las cosas bien. Que les halague el que alguien más joven les escuche.

Nunca pensé que iba a ser así. Pensé que sería bonito estar entre telas de color y coser un poco. Pero yo cada día recibo lecciones magistrales. Porque cuando una persona mayor te habla de su trabajo, su oficio, su pasión, también te está hablando de la vida.

Y mientras me explican cómo cargar una pinza, me entero de que en aquella fábrica de Zaragoza, entre 200 cosedoras, fue la aprendiza la que se dió cuenta de que debían modificar el patrón traído costosamente desde París, pues las españolas tenemos más curvas. Y cuando estoy montando un bolsillo, me cuentan que fue en un atelier de Biarritz donde decidieron que el juego de volúmenes en la cadera, bien compensado, no engrosa, sino que da gracia...

Y así paso muchos días, muchas horas, muy pocos para mi gusto, pues siempre se me hace corto. Porque no hay meses, ni años, ni días, suficientes para agradecer a las personas que me estan enseñando tantas cosas...

Gracias .